He soñado tres vidas enteras que vuelves y me despiertas de esta pesadilla de tu ausencia.
He traspasado al tiempo deseando besarte.
He ahogado mares intentando traer a la vida tu presencia. He incinerado mis alas deseando verme renacer como un ave fénix entre tus brazos.
Pero sigo aquí, inerte, en la misma habitación vacía tan llena de recuerdos, de canciones tristes que suspiran esperanzadas, de paredes desgastadas por las muchas noches que han llorado.
Ha venido el sol pero no ha iluminado nada. Ha venido la llovizna fresca pero no ha lavado las heridas.
Han cantado las sonrisas de los niños a través de mi ventana pero ninguna ha logrado traer felicidad.
Y yo, suspiro cansada de ver tintinear de frío todas las promesas que se me mueren entre las manos, de escuchar sollozar a un corazón que me palpita en la garganta.
Sí, es verdad, se ha ido el dolor pero se ha llevado todo.
Te quejas con tanta clase y estilo que enamoras irremediablemente.
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Sentirse apreciada hasta en los momentos de quejas es una de las complicidades más bonitas.
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Y sin embargo, lo dices tan bonito y real… me ha encantado. Enhorabuena. Mar González, Club Creacció
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Gracias, Mar. Un abrazo.
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Qué belleza! Duele leerte. Tus palabras llegan profundamente, describen claramente el dolor de la ausencia. 🖤
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Lo bonito aquí, es que me hayas podido sentir. Un abrazo fuerte.
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